Opinión

El salario de la maledicencia y el colaboracionismo

Los aledaños de la corte siempre han sido un hervidero de buitres, pirañas y pícaros. Hoy esta vida de la corte puede parecer haber perdido cualquier relación o semejanza con aquella de los s. XVII, XVIII, XIX… Efectivamente, son otras formas, otros contextos, pero no nos confundamos, los cambios son pura apariencia. Allí siguen inconfundiblemente los mismos ganapanes, gorrones y botafumeiros, todo un nutrido bando de zopilotes (sin olvidar toda la zambra rosa).

Hoy pululan por los antros y púlpitos mediáticos de Prisa, Vocento y la santa COPE. Se autodenominan periodistas, tertulianos, politólogos, incluso filósofos (?). Son doctores “cum laude” en despotricar, vilipendiar y tergiversar, pugnando hasta enronquecer por el ladrido más estridente. Hasta escriben libros de esos que se regalan, porque no hay Dios que los trague.

Entre ellos se encuentran baskos desarraigados, nostálgicos del franquismo, periodistas venidos a menos en nuestros lares y otras valquirias con las entrañas roídas por todas las furias del averno. Su discurso suele ser monótono, incoherente, descontrolado, infundado, insidioso, ultrajante: leña al basko, en su caso al catalán y a todo el que razona o convive apaciblemente con éstos. Tal discurso estrujado se resuelve en un flujo de odio, envidia y resquemor. Nunca se debe esperar de ellos un gesto humano, una idea conciliadora, una mínima comprensión, un leve esfuerzo por encontrar la paz. Solo claman por la venganza, el aplastamiento y la humillación del adversario.

Bestias, alimañas, de baja catadura moral, ¡que se pudran en la cárcel!, suelen ser sus piropos predilectos, seamos o no de ETA, que todo va al mismo saco. ¿Cuándo van a aplicar los mismos denuestos a asesinos y torturadores como Franco, los franquistas, la extrema derecha (los denominan skinheads), los Vera o Galindo? ¿Cuándo llamarán alimañas a Bush, a Putin y a su respetado Aznar, que andan por ahí fabricando a destajo guerras y catástrofes humanitarias innombrables?

Lo más grave es que a los que gobiernan y hacen las leyes y seleccionan los jueces, esta mafia periodística (por llamarle de alguna forma) no les inquiete lo más mínimo. Será porque les viene bien. Gracias a estos bocazas se pueden engendrar leyes y sentencias perversas. Ya decía Voltaire que “el último grado de perversidad es utilizar las leyes para la injusticia”. Injusticias y graves son leyes que cierran periódicos, la propia ley de partidos o fabricar sumarios como el de Iñaki De Juana.

Pero si hay algo que me saca de mis casillas y me ceba la cólera es la actitud de algunos baskos, Ya tiene bemoles que un pueblo tantas veces vapuleado y sistemáticamente denigrado haya de esmerarse en ilusionar a sus opresores. Esto sólo lo puede decir un necio, un cínico o un colaboracionista. No lo haría mejor un submarino del PSOE o del propio PP.

Dígame Ud, señor jelkide -porque como muchos saben de un notable jelkide se trata-, qué pueblo o colonia liberada de España ha solicitado reintegrarse o se ha esmerado en ilusionar al macho carpetovetónico. Pregunte en los Países Bajos, o en Bolivia, o en Filipinas.

¿Es que hemos de pasarnos la vida los baskos con las pupilas o la baba en la corte, a fin de no desairar los antojos de la zoquetada política y mediática? Así nos va. No les incordiemos, pleguémosnos a sus pretensiones y a sus despóticos cambios de humor.

París bien vale una misa y Madrid una buena bajada de pantalones, Sr. Arnaldo. ¿Para este viaje tantas alforjas? Pues si a la corte le disturba la palabra independencia o soberanía, que me cierren la boca. Pero, mientras tanto, aquí se presenta un navarro soberanista empedernido, que sueña con una Euskalerría independiente. Ya le propondría yo otras alternativas, a mi modo de ver, más saludables y coherentes.

Probablemente las cosas no son tan intrincadas. Las complican con constituciones tabús, estados de derecho irreconocibles como tales, invocaciones a la democracia por bocas tan fascistas como dictatoriales.

¿Qué es lo que ha sido (y en realidad es) el estado español? Una gran metrópoli voraz que sólo se mira al ombligo (Madrid) y que para su prosperidad y endiosamiento ha necesitado y en su caso expoliado a múltiples colonias y pueblos para nutrirse.

Hoy las espadas se alzan frenéticas contra Euskalerría y Cataluña. No parece que Extremadura o Soria les roben muchas palabras, desvelos y desasosiegos a esos plumillas y tertulianos, de baja calaña y peor catadura (como ellos nos suelen llamar).