Opinión

El Padrón y las Facturas

Lo que hemos vivido estos días en alguna población pero sobretodo en Vic, no es razismo, sino sentido común. Algo que le falta a una sociedad como la nuestra, en la que los desempleados sobrepasan los 4 millones, mientras el ministro de Trabajo reconoce que contamos con un 16-20% de economía sumergida, miestras la ministro de Propaganda lo niega.

Al menos así lo quiero entender. Los Ayuntamientos no tienen problemas con el Padrón, ni con la gestión de un Empadronamiento al que la Ley les obliga. Con lo que tienen problema es con las facturas y gastos que ocasionan los servicios que se prestan a una población que con un simple pasaporte y visa de turista, se te planta en tus calles y en tus casas y te abarrota servicios sociales, colegios, y un sinfín de necesidades, que nadie cuestiona -faltaría más-, pero cuya financiación está peor gestionada que la asignación semanal de un adolescente.

Es la clave de nuestro sistema, -uno de los mejores del mundo, el de la caja única, y el del “más paga el que más gana”-, pero mientras cargamos los presupuestos públicos con gastos ingentes en personal inútil e innecesario, entre otras muchas grandezas cursís, mientras fríen al trabajador medio y al autónomo, los bolsillos rascados de los cuatro que se esfuerzan no dan para mantener un esquema en el que se alimenta al vago -por la vía de los “Derechos”-, y se abandona al realmente necesitado, por la obviedad de las “Obligaciones”, alimentando así un problema que nos va a estallar en la cara, no por xenófobos, si no por engreídos y estúpidos.