Opinión

El lenguaje y las Lolitas

Se celebra el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, y bien merecen -cada día- una reverente genuflexión nuestras socias y compañeras vitales de fatigas, con quienes compartimos, al 50%, este mar de estupidez en que está degenerando socialmente esta efeméride, y la práctica totalidad de las cuestiones de gusto y sentido común, que derivan, las más de las veces, tan sólo en ruido interesado.



Del profundo respeto que el más estúpido de los Hombre profesa a la Mujer, per se -ya que le debe la vida- ahora, tantos actos y pamplinas que están rodeando a esta celebración de su evidente esfuerzo diario, alcanzan cada año un punto tal, que hasta a la violencia le están poniendo género, y al lenguaje nuevas condiciones ilógicas y forzadas, pero que interesan y rentan a los y las vividoras y vividores de este nuevo cuento, moderno y pagano, que debería ser respetar a cada cual como es... ¡Y sin distingos!



Por ello, no es de extrañar que esta semana la propia Real Academia Española de la Lengua haya advertido de que con el lenguaje no sexista inventado por las feministas “no se podría hablar”. Ni tampoco sorprende que en la propia liberal, igualitaria y fraternal Francia se estén planteando limitar legalmente concursos de belleza y otros actos sociales en los que, bochornosamente, se "feminiza" a niñas de apenas diez o doce años, robándoles la infancia y, lo que es aún peor, se mercantiliza sus cuerpos, silueta idealizada que tantos años de lucha ha costado "desfigurar" a la mujer de hoy de verdad, que quiere separarse ya, al fin, de tanto tópico.