Mientras que la recuperación económica es ya una realidad en el conjunto de la Unión Europea, el ritmo de recuperación en nuestro país dependerá en buena parte de nuestras propias medidas correctoras.
El Banco Central Europeo ya ha manifestado que los cambios en la política monetaria no esperarán a España a salir de la crisis, dado que la política europea es para toda la zona euro y no van a permitir desarrollar políticas económicas a dos velocidades. El Banco Central Europeo aún así mantendrá el precio del dinero estable en el 1 % en los próximos meses. Una vez recuperada la crisis financiera habrá que centrarse en recuperar la crisis económica. El apoyo público seguirá siendo clave para reactivar la economía.
El neoliberalismo, origen de la crisis financiera, tendrá que ceder a un nuevo orden financiero, económico y social, en donde las instituciones tendrán que velar por el correcto funcionamiento de los mercados, con mecanismos de control más eficaces. Las economías modernas tienen que ser capaces de utilizar nuevos criterios, nuevos objetivos, capaces de adaptarnos a los nuevos tiempos. La especialización, la innovación y la tecnología serán los pilares de nuestra nueva economía.
Debemos ser capaces de generar productos de elevado valor añadido, que sean más competitivos. Economía más dinámica, más flexible que sea capaz de generar más empleo y mayor bienestar.
Ahora es el momento de corregir los problemas estructurales de nuestra economía, de dar un paso adelante con medidas y reformas valientes. Reforma integral del mercado laboral que desarrollen políticas activas de empleo y reorientación profesional. Reformas que sean capaces de generar empleo y alejarnos de las tasas actuales de paro. Reformas también en el sistema educativo como fuente del conocimiento y preparación de nuestros jóvenes para el mercado laboral.
Las entidades financieras deberán recuperar su pulso crediticio. Reformas fiscales de lucha contra el fraude fiscal e incentivos a empresas que respeten el medio ambiente. Debemos de agilizar los trámites burocráticos con la Administración, modernizando los servicios públicos para no entorpecer el desarrollo del sector privado.
Reformas también en nuestro sistema de pensiones serán necesarias sí queremos continuar con el Estado de Bienestar, hay que tener en cuenta que una vez terminada la crisis habrá que aunar esfuerzos en disminuir el déficit público.
El envejecimiento de la población habrá que acompañarlo de medidas orientadas al incremento de la natalidad y una fuerte apuesta por la conciliación de la vida laboral y familiar.
