El ayuntamiento ha puesto manos a la obra para hacer más atractivo -más estrecho y con más curvas- el encierro de Tudela. Las obras de modificación del vallado comenzaron el lunes pasado, y a éstas le seguirá la reforma de los corrales. La iniciativa constituye un paso importante no sólo para atraer a más corredores de nuestra ciudad y de otras localidades, y por ende espectadores, sino también para revitalizar unas fiestas que año tras año se tachan -con cierta resignación, inaceptable- de continuístas, por parte del concejal de Festejos. Unas fiestas a las que le siguen sobrando días o les falta presupuesto, imaginación y ganas. Hemos empezado por el encierro; sigamos por otros actos o por replantear el programa en su conjunto. Lo pide a gritos. Hace falta salir de cierto conservadurismo y dar la vuelta a alguna tradición, para abordar este asunto.
