Ahora, cuando la ciudad se engalana para honrar a su patrona, es cuando Tudela demuestra tener un carácter especial. Porque en Tudela nos gusta sentir esa personalidad distintiva de pertenencia a esta Ciudad. Porque en Tudela se nos “regalan” los helados y desayunamos “cafareles”; y porque el “pues” tiene cabida en cualquier frase.
Por ello, es hora de reivindicar lo nuestro, lo que nos une. Ahora que parece peligrar lo que conocemos, tenemos que demostrar que en Tudela sabemos disfrutar de las fiestas sin que nadie nos recuerde “la participación” y porque la honra de vivir en Tudela está por encima de políticas “altruistas” declaradas. Los discursos populistas cargadas de obviedades no sirven en nuestras tradiciones.
El turbio “colegueo” existente entre los que quieren cambiar Tudela y Navarra, se ha metido hasta lo más profundo de nuestras raíces, tocando fibras y sensibilidades que nunca se debieran haber tocado.
Porque cuando empieza la Novena, ya estamos en pre-fiestas; porque La Revoltosa se corre, aunque muchos no le encuentren sentido; y porque en Tudela lanzamos “El Cohete”, no tiramos “txupinazos”.
Por todo ello, y para que todo el mundo pueda disfrutar de lo nuestro: ¡Viva Navarra, Viva Tudela y Viva Santa Ana!
