Me he llevado una grata sorpresa al ver el belén que han puesto en mi pueblo, Tudela, en la plaza de los Fueros. Presiento que han sido un grupo de mujeres las que lo han instalado, ya que a San José le han quitado el cayado, que significa que el padre tiene el mando de la Sagrada Familia, y lo han depuesto al pobre hombre, poniéndole al niño Jesús en sus brazos para señalar que el hombre no sólo ha perdido el poder, sino que también tiene que atender a los hijos igual que la mujer. Todo esto quiero creer que significa el avance imparable de las mujeres en su carrera por igualarse a los hombres. Gracias a Dios, siglos de dominación por parte del macho se están acabando.
La Jerarquía Católica no ve con buenos ojos que las mujeres adquieran sus derechos pisoteados durante siglos con el beneplácito de esta jerarquía machista, ya que implica que ellos también están amenazados de perder el cayado del poder y que las féminas los derroquen. A Benedicto XVI este movimiento le tiene que tener preocupado, ya que desbarata toda su política machista, que anulaba a las pobres mujeres dejándolas solo al servicio y por debajo de los hombres. Este belén moderno cambia todos los valores que hasta ahora defendía una jerarquía obsoleta. Por fin las mujeres arrebatarán el cayado del poder a los machos dictatoriales y les pondrán en su verdadero sitio. Esto es imparable, el fin de un Papado machista y dictatorial se vislumbra. ¡Gracias Señor! Hasta un Obispo defiende que las mujeres sean costaleras. Lo que nos falta por ver será muy hermoso, el fin de los traidores a Cristo.
