Opinión

El autobús de la vida

Reunión de pastores

El Gobierno está recortando de aquí y allá de forma tan comprensiblemente desesperada como ineficiente muchas veces.



Lo digo porque ese servicio que han dado en llamar "Autobús de la vida" en el que se lleva y acompaña a los enfermos cuando tienen que recibir sus sesiones de radioterapia o quimio, pende de un hilo porque resulta que llevar de la Ribera a Pamplona a los enfermos de cáncer -con un mínimo de dignidad y comodidad-, se considera un lujo del que prescindir.



Lo mismo podría decirse de muchos coches oficiales e infinidad de paripés innecesarios que soportamos cada día, que arrastran un gasto sorprendente pero que parecen de obligado cumplimiento, porque prefieren "cortar" más que arropar debidamente cuando más falta hace,

y para eso no hacen falta estas 150 palabras, como han propuesto,

indignados, los promotores de ese Concurso de Microrrelatos que quieren dar a conocer esta quimera.

La sabiduría popular, de la mano del clásico refrán castellano, recuerda aquello de que "reunión de pastores, oveja muerta", por ello, esta semana que el martes se reunieron los 17 presidentes de las comunidades españolas, el cuidadano puede echarse a temblar sobre qué habrán acordado.



Siempre transciende sólo aquello que interesa a cada cual, pero más allá de los pasillos nada bueno para el común de los mortales puede desprenderse de un encuentro que, de ser sensato, vendrá más que recortado...