Opinión

El aire que respiramos

El aire no entiende de fronteras. La comarca natural en torno a Tudela incluye poblaciones de Navarra, Aragón, Rioja y, en algunos casos, Soria. Si antes del verano celebrábamos que las movilizaciones consiguieran echar atrás el proyecto de valorización energética -incineración dice la ley- que se pretendía ubicar en Tudela, hemos de seguir hablando del Polígono de Tiro de las Bardenas y de las Centrales Térmicas de Castejón.

Hoy me centraré en las Térmicas.

Estas centrales son responsables del aumento del ozono troposférico en nuestro entorno, contribuyendo al empeoramiento de la calidad del aire que respiramos, provocando el agravamiento de alergias, patologías dermatológicas y enfermedades respiratorias entre otras. Los aparatos de medición de la calidad del aire instalados por las propias empresas así lo demuestran.

Ya han hecho saltar varias veces los índices de alarma de peligro para la salud. La plataforma “+Centrales No” y Ecologistas en Acción trabajan para evitar que se haga realidad la pretensión de duplicar la potencia de las centrales y, por lo tanto, de duplicar el empeoramiento del aire que respiramos.