Recuerdo, que nos daban una asignatura cuando yo era pequeño, de urbanismo; una manera de saber comportarse, para una buena convivencia, con respeto en la comida, con la familia, con el grupo de amigos. Aquello se perdió.
Hoy necesitamos unas lecciones no sólo de buenas maneras, sino también de conocimiento espiritual y emocional. Nuestros jóvenes necesitan conocer cómo son integralmente, tanto a nivel físico, como mental, emocional, y también espiritual. Si no enseñamos la inteligencia emocional, además de la inteligencia intelectual, andaremos cojos para relacionarnos en sociedad.
Sólo medimos nuestra inteligencia intelectual, y dejamos a un lado cosas tan importantes, como la empatía y su escalera para llegar a ella. El respeto, la comprensión, la amabilidad, y la simpatía, para terminar poniéndonos en el lugar del otro, para una buena armonía en nuestras relaciones.
La violencia, se basa en el desconocimiento del otro, cuando lo vemos como enemigo, que nos perjudica gravemente, sin ver la realidad integral, que necesita de distintas maneras de ver las cosas, para comprenderlas mejor. Los seres humanos necesitamos del conocimiento total y este debe de darse en las escuelas y universidades.
Si nuestros hijos no conocen todas las dimensiones que su cuerpo abarca, no podrán defenderse bien en la vida. Por ello, deben estudiar además de todo lo que dan: Asuntos de cómo mejorar su comportamiento, para una mejor convivencia y ello implica saber relajarse, saber respirar, saber controlar sus emociones, saber meditar. Para conseguir un mejor análisis de los actos en si, para elaborar una mejor manera de proceder en sus actos públicos y privados.
