Opinión

Dignidad de los policías navarros

La Policía Foral, lo policías locales, protestan y se movilizan en estas

fechas por la propuesta que pretende modificar la Ley Foral 8/2007, de 23

de marzo, de las Policías de Navarra.

A los ciudadanos, no les lega más que las movilizaciones, y los debates

políticos, ¿pero conocen algo del fondo?, por lo menos del fondo de la

modificación que más duele a los policías. Y por si alguien tiene un

exceso de suspicacia, no se trata de un problema económico, ni tampoco de

competencias, “se trata de que la dignidad de los policías como personas

(con familia, con vida particular, con derecho a ocio programado) queda en

entredicho.

Alude la reforma a la “necesidad del servicio público”, y no le falta

razón (que las policías son un servicio público al ciudadano, no lo pone

nadie en duda), pero para cumplir con las necesidades (que no se sabe

quién decide) se sacrifica la dignidad de la persona, que lleva placa.

Por

la necesidad de prestar ese servicio al ciudadano, se pretende sacrificar

toda garantía de programación laboral de los agentes, y eso supone, para

que todos lo entendamos, que no puede hacer planes con su familia ni sus

amigos, la tan de moda conciliación familiar y laboral, para los agentes

de policía en Navarra, desaparece, si claro “en interés de las necesidades

de prestar un servicio público”; pues la verdad, flaco favor haremos al

ciudadano, si le ponemos delante un policía “cabreado”, porque en Consejo

de las Policías Locales de Navarra, decide cuando se rompen los planes y

tiene que ir a trabajar.