Opinión

Diccionarios españoles

Si todo lo que hoy día nos dicen a los navarros sobre nuestra identidad fuera cierto y ciertas nuestras grandes diferencias con los vascongados, se supone que podríamos consultar los grandes manuales clásicos de Geografía e Historia y encontrar datos que lo avalaran. ¿O no? Porque la identidad y la historia no es algo que se fabrique de un día para otro... ¿O en nuestro caso sí?

En 1802 fue publicado en Madrid el primer Diccionario Geográfico-Histórico de España, nada menos que por la Real Academia de la Historia y a impulsos del mismo gobierno español, lo que le dio un rango de oficialidad. Fue el primero en su género. Según el subtítulo, la obra: Comprende el Reyno de Navarra, Señorío de Vizcaya y provincias de Álava y Guipúzcoa.

El título del Diccionario induce a engaño, porque sólo se editó un primer tomo, el relativo a los cuatro territorios. El origen de esta obra bien puede buscarse en el resquemor que quedó en el Gobierno español por el comportamiento pasivo y conspirativo de Navarra y las otras tres provincias durante la Guerra de la Convención, en las que se fraguaron planes secesionistas para las cuatro provincias.

El ministro Godoy quiso “antes de obrar, poner la razón de su parte” y, acabada la guerra, constituyó una junta para examinar los fueros vasconavarros. Ésta reunió argumentos históricos contra ellos y se plasmaron en el primer tomo del Diccionario, promovido por la Real Academia Española que, a la postre, resultó ser el único editado. La parte de Navarra fue redactada por un aragonés de cuyo nombre no quiero acordarme.

En el mismo, se resalta constantemente su secular pertenencia a la corona castellana y llega a inventarse que la lengua que hablan los navarros fue introducida “a mediados del siglo VIII”, según él, para presumir los naturales de “total independencia del extranjero”.

Cumplido el objetivo político, la Academia no sacó ya más tomos hasta 44 años más tarde, cuando publicó precisamente el tomo de otra antigua región de Vasconia, La Rioja.

En este Diccionario, Álava, Guipúzcoa, Vizcaya y Navarra aparecen englobadas en una sola unidad alfabética, sin diferencias provinciales, como si de un solo territorio se tratara, sin que hasta la fecha el Gobierno de Navarra lo haya retirado de las bibliotecas.

Resulta paradójico que lo que se hizo con intención de desprestigiar los regímenes forales de los territorios vascos, resulte hoy día un precioso documento de reconocimiento oficial español a la unidad territorial, política y conceptual de las cuatro provincias.

Otra gran obra del enciclopedismo español fueron los cinco tomos del Diccionario General Etimológico de la Lengua Española, aparecida en Madrid en 1883. Si uno busca la voz Vasco le dice: “Adjetivo. Vascongado, vascónicus, navarro (...) pueblos de la España tarraconense entre el Ebro y los Pirineos”.