Anda la verdad disfrazada, y más esta semana, como la realidad pasa desapercibida para el enamorado. Justos por pecadores, la injusticia nos arrolla y ningunea.
Nuestra sociedad desarrollada cuenta con mecanismos, -Derechos- que nos protegen y permiten convivir, pero éstos han perdido un poco el rumbo.
Todos tenemos y contamos con tal cantidad de Derechos que es fácil salir de casa y sentirse seguro y respaldado en el mejor Statu Quo que ha conocido nuestra tierra. Lo peligroso es la forma en que nos estamos desprendiendo de nuestros Deberes y Obligaciones.
Todo son Derechos irrenunciables pero el saber cumplir y respetar se están olvidando. Pasamos de puntillas ante los compromisos y no sólo la palabra dada ya no vale nada, no respetamos lo más mínimo, no cumplimos debidamente las más elementales normas, y no sólo de convivencia, de modo que la balanza de la Justicia se está escorando hacia la sinrazón del todo vale.
