Opinión

Dele un respiro a la Iglesia

Suelo leer los escritos de Miguel Ángel Soro Falces en Plaza Nueva, y sobre "Santiago, otro cuento apostólico", quiero manifestarle mi opinión al respecto.

1.º Vd. habla de los "señores sacerdotes" y de cómo viven del cuento apostólico. Serán algunos porque yo tengo un tío sacerdote y no sabe cómo me gustaría que Vd. tuviera razón porque así el día que me falte yo heredaría una gran "fortuna", pero la realidad es otra muy distinta. Mi tío cobra, después de haberse dejado la vida por carreteras de quinto orden, la pensión mínima (561,55 euros).



2º. Los milagros a los que Vd. hace referencia están contados a través de los años, por personas sin preparación, incultas y supersticiosas, y bien es sabido que cuanto más se cuenta una historia más se desvirtua.

¿Pero se ha parado a pensar en los cuentos que el gobierno de turno nos cuenta recientes y calentitos todos los días? Teniendo en cuenta en la era que vivimos de tecnología, con asesores, subsecretarios, colaboradores etc., igual no debieran equivocarse tanto ¿no?



Yo que quiere que le diga, a mi personalmente los cuentos de la iglesia todavía no me han afectado ni moral, ni psicológica, ni económicamente. pero los cuentos del gobierno me atrofian el intelecto porque creo en sus promesas y voy a votar como una "borreguita" para darme cuenta después de que me he dejado engañar miserablemente, me rascan el bolsillo a base de bien, y en cuanto a la moral, sabe ése refrán que dice: “Donde fueres haz lo que vieres”, pues eso con tanta corrupción y engaños la conciencia se vuelve más permisiva.



3º. Para terminar le diré que la iglesia la elegimos libremente, pero a los gobiernos no, Vd. me dirá que los elegimos en las urnas, pero yo tengo que recordarle que con el sistema que tenemos no gana el mejor sino el que tiene más arte para pactar, aunque sea vendiendo el alma al diablo.

Igual Vd. que parece bastante más instruido que yo y que tiene este espacio donde explayarse (como todo aquel que quiera escribir algo en Plaza Nueva), pueda dedicarles algún escrito al repecto, y de paso dele un respiro a la iglesia.