Opinión

Darse de baja

Pepiño Blanco amenaza con darse de baja de la Iglesia Católica, pero puede que ignore que eso es imposible, mientras no se revise el concordato con la "Santa"Sede.


La trampa, como siempre, está servida ya que no se puede decir que la Iglesia Católica sea sólo la Jerarquía Católica, sino que somos todos los católicos bautizados. Pero mientras no luchemos por nuestros derechos, tenemos lo que nos merecemos.


También yo, como católico y cristiano convencido, intenté darme de baja pues no quiero ser complice de las mentiras y traiciones a Jesucristo de estos mandatarios Eclesiales.


Y pasa lo que pasa. Hay una norma diocesana que dice que solo se puede adjurar o apostatar, no darse de baja, quedando los que lo intentamos como los malos, escrito en nuestra acta bautismal y ellos como santos varones.


¿Cuándo el gobierno de España, sea quien sea el partido que lo gobierne, acabará con esta norma diocesana que vulnera nuestras leyes democráticas?

Estos "señores" llevan casi dos mil años mandando, saben de leyes más que de cosas del espíritu, por algo estudian más código canónico que caridad cristiana.

Son unos mentirosos estafadores y tienen todo bien estudiado, son malos pero no tontos.

Siempre tienen las de ganar ya que si renuncias como si te das de baja, ellos se apoderan del patrimonio cristiano que todos hemos pagado.


La realidad es que mientras ellos no renuncien a su poder, como hicieron las cortes franquistas, dando el poder al pueblo cristiano, la Iglesia Católica les pertenece y nosotros, los cristianos de a pie, no tenemos otro camino que repudiarles, no dando ni un euro más a estos ladrones mandatarios si queremos volver a tener voz y voto.


Los estadistas nos dicen que las personas que en España nos consideramos católicas no les obedecemos, pero eso no es suficiente, ya que siguen moviendo cantidades ingentes de dinero y eso les da movilidad.

Yo no quise ser hipócrita como lo son ellos, si no me convencen sus ideas retrogradas, lo mejor es abandonerles del todo hasta que la Iglesia Católica sea una verdadera Iglesia de Cristo, una Iglesia de Amor, no como hasta ahora, una Iglesia de Roma traidora a las enseñanzas de Jesús.

Miguel Ángel Soro Falces