Opinión

Cuestión de nivel

Al actual ministro de Educación, José Ignacio Wert Ortega, le han montado una falsa polémica por plantear que para llevarse una beca sea necesario una nota media de 6,5 y, al margen de debates académicos en torno a qué y cuál debe ser el baremo, es lógico que éste

se plantee y exija, y no sólo en el ámbito educativo.



Por ejemplo, a cualquier empresario, Pyme o autónomo, la Seguridad Social y la Hacienda Pública le marcan unas fechas y plazos para cumplir sus obligaciones tributarias. Y parecido caso se produce cuando de multas, tasas, etc., estamos hablando.



Por ello, sorprende que se reprenda al ministro, como avergüenza que esas cuestiones dependan de quién se trate para conocer cuál va a ser el "nivel" de la exigencia a aplicarle.

Y sólo hay que ver los casos que andan por los Juzgados últimamente para ser conscientes de que no todos somos iguales, ni ante la ley, ni ante nada.



De este modo, de la misma manera que se pone en vereda a quien se pasa de listo -tipo Leo Messi-, es lógico, y hasta exigible, que todo cuanto se realice desde lo público cuente con un nivel predeterminado, sea nota escolar o universitaria, ingresos, haberes, capacidades, virtudes, experiencia o predisposición, porque como todos no somos iguales, la única forma de equipararnos es estableciendo puntos de partida mínimamente exigibles.



En caso contrario, son siempre los mismos listos a los que beneficia esa Justicia de los torpes y los pobres de espíritu, en "igualdad".