Opinión

Colonias urbanas de verano: la guerra

Todos los años, se organizan colonias urbanas infantiles y colonias en inglés para primaria. Según los colegios llevan diferentes horarios y hay algunos que son solamente por la mañana y otros que ofertan servicio de comedor y los niños están hasta las cinco de la tarde. Se llevan a cabo durante el mes de julio y según el horario, el precio varía, desde los 74 euros hasta algo más de 200 por niño.

Algunos centros educativos organizan sus propias colonias y hay que apuntarse en el mismo centro y el Ayuntamiento, por su parte, organiza en el Colegio Griseras unas colonias con 100 plazas para Educación Infantil y 140 plazas para Educación Primaria. Para Primaria no suele haber mucho problema porque hay otras opciones como Campamentos, informática, inglés, Colonias de Osasuna, etc. Sin embargo, para Educación Infantil, siendo niños de 3 a 6 años, no hay otras opciones.

El principal problema es el modo de conseguir una plaza. Como cuando no había otros medios, o simplemente no se les ocurrían, actualmente lo que hay que hacer es madrugar y esperar en la fila porque las plazas se adjudican por riguroso orden de inscripción y pago. Dos oficinas hacen esta labor: el SAC del Ayuntamiento de Tudela y el SAC del Barrio de Lourdes.

Desde las 3:30 de la mañana había gente en la fila. Por supuesto, o mandas a los abuelos o tienes que hacer algo con los hijos porque llevarlos de madrugada a hacer fila no lo considero muy ético (ya de entrada necesitas dos personas disponibles, una para hacer fila y otra para que se quede en casa con los hijos, hay que rezar para que el cónyuge, si lo hay, no tenga que trabajar porque sino, doble problema). Una vez resuelto esto, llega el segundo problema y gordo. Varias horitas de fila y cuando por fin abren la oficina al público (hay que agradecer que fue puntualmente a las 8:00)... ¡Sorpresa! Suena el teléfono y delante de nuestras narices y nuestra cara de bobos, los trabajadores siguiendo órdenes, están apuntando a todo aquel que llama por teléfono mientras los que llevamos horas esperando tenemos que seguir haciéndolo y encima viendo cómo nos vamos quedando sin plaza. El teléfono no deja de sonar y después de haber madrugado nos damos cuenta de que no sólo hemos hecho fila sino también el idiota.