Opinión

CIVITAS CASCANTENSIS

Cascante, una ciudad con tanta solera, curtida por los avatares de la historia; antigua ciudad celtibérica “caiscat”, que pasó a ser romana ya por el año 76 a.c.. Antepasados que acuñaron su propia moneda, que fueron el baluarte de la defensa de Navarra contra árabes y castellanos y referencia en el valle del Queiles. ¿Quién te ha visto y quien te ve?

En un mundo globalizado es comprensible la deslocalización de las empresas buscando el abaratamiento de los costes de producción para obtener mayores beneficios. Las empresas trasladan sus centros a países donde la mano de obra es más barata, existe cercanía de las materias primas, la legislación laboral es más permisiva, etc. Contra este fenómeno es difícil luchar, aunque se puede hacer con ingenio y aportando soluciones productivas de calidad. En estas circunstancias es tarea de los políticos hacer posible y atractiva la instalación de nuevas empresas y favorecer las necesidades de las ya existentes.

Hace pocas fechas saltó a los medios de comunicación la noticia de que una empresa de Cascante, Aceites Urzante, se marchaba de la localidad. Lo primero que cabe pensar es en el traslado a China, Perú o Lituania; pues no, solamente se desplazaba unos kilómetros, a Tudela. La empresa, en fase de expansión, necesitaba con urgencia terreno industrial. Terreno que el ayuntamiento de Cascante, por conservar la empresa en la localidad, había procurado satisfacer con la creación de un nuevo polígono industrial que, a su vez, abriría las puertas para la instalación de otras nuevas empresas. Entonces, ante tal obviedad de buena gestión, ¿dónde está el truco? No había truco porque, al final, tampoco había terreno industrial. Es un claro ejemplo de sinrazón y egoísmo partidista; UPN gobierna esta localidad en minoría, por lo que, realizado el proyecto para la creación del polígono industrial, plantea la propuesta de su ejecución y, sorpresa, el PSN, APC y Batzarre, todos cascantinos de pro, rechazaron el proyecto, aún teniendo el visto bueno de Gobierno de Navarra. Algo incomprensible para cualquier ciudadano y de consecuencias nefastas para Cascante.

Aunque se gestione bien, anteponiendo el interés general de los vecinos, se hace patente la imposibilidad de luchar contra la necedad y la irresponsabilidad de algunos políticos. Además, esta empresa garantizaba la adquisición del 30% del nuevo polígono, algo imprescindible para su realización. Habrá que esperar a que otras industrias se comprometan con el mismo terreno para que el polígono pueda crearse. ¿Cuántos años habrá que esperar? Cascante se queda sin suelo industrial y con un futuro nada halagüeño para sus empresas. Los 60 puestos de trabajo actuales, más los 60 de nueva creación, más las fuertes inversiones de millones de euros para sus nuevas instalaciones, no han movido a la sensatez de algunos concejales cascantinos que, carentes de visión de futuro, han permitido la deslocalización de esta empresa y de otras que se verán obligadas a ubicarse en polígonos de localidades cercanas.