Opinión

Cascante tampoco tiene la culpa

Acuso recibo de la atenta carta que me dirige el grupo municipal socialista del ayuntamiento de Cascante, en contestación al artículo publicado en esta misma revista el 22 de octubre, que me produce una pequeña satisfacción al comprobar que los socialistas de Cascante también leen mis artículos. Artículos de opinión, por otra parte, libremente escritos, a título personal, no como concejal ni bajo ninguna sigla, amparados por mi derecho constitucional a la libertad de expresión. Opiniones que nadie tiene la obligación de compartir pero sí el deber democrático y cívico de respetar.

Por supuesto que Monteagudo no tiene la culpa de tenerme como vecino, pero si para mí es una suerte y un orgullo ser vecino de Monteagudo a lo mejor para el resto de los vecinos también. Después de leer su carta me queda muy claro que Cascante tampoco tiene la culpa de que este grupo anteponga sus intereses partidistas al interés general de los cascantinos, aunque será Cascante quien sufra las consecuencias.

Con el respeto y el aprecio que siempre me han merecido los vecinos de Cascante me preocupa que éstos, que se llaman progresistas, prohíban opinar sobre asuntos de su pueblo a todo aquel que no resida en el mismo. Sin embargo ellos se permiten opinar sobre Monteagudo. ¡Olé! Esto es talante democrático.

“Matar al mensajero”, es una vieja táctica socialista que utilizan con frecuencia, cuando el mensaje es incontestable por su veracidad y contundencia, para no profundizar en los hechos y distraer la atención con fuegos de artificio intentando salvar la imagen, quedando siempre por encima del contrario, como la espuma en la cerveza. Dicen, sin acreditarlo, que manipulo la información, que desconozco la gestión de Cascante y por lo tanto no puedo opinar, aunque ellos se permiten apuntar que Monteagudo está muy bien gestionado (muestra de lo atrevida que es la ignorancia), que en mis actuaciones me mueve el afán de salir en los “papeles” (con ese tono despectivo para esta revista y otros medios de comunicación), pero para explicar y aclarar lo importante se sienten incapaces e impotentes porque no tiene explicación.

Ya he manifestado que escribo mis artículos libremente, nadie me los encarga, el grupo municipal de UPN en Cascante tampoco. Dice el refrán popular que piensa el ladrón que todos son de su misma condición. Lo cual me lleva a cuestionar quién ha escrito su carta. ¿No será un encargo? Se supone, o dejan que se suponga, que me han pagado por el artículo y quieren saber cuánto. Para su tranquilidad, les diré que no he cobrado ni un céntimo. Por mucho que se empeñen, todos no somos iguales. Ahora entiendo su defensa del interés general siempre que les genere beneficios personales.

Para el PSOE de Cascante el interés general se justifica siempre que no se favorezcan intereses particulares de otros, según quienes sean. Un ejercicio inconmensurable de cinismo. Habría que recordarles que las empresas buscan el beneficio a su inversión, como interés particular, pero al mismo tiempo generan empleo y riqueza en las localidades donde se instalan favoreciendo el desarrollo y el interés general. Además, qué mente privilegiada puede pensar que la instalación de una gran industria en Cascante no beneficia a los pueblos limítrofes. Mal camino emprenden con una visión de futuro tan corta y una mentalidad tan pobre.

Podrían dejar de ir por las ramas y explicar el resultado de su actuación como ediles municipales, en relación con el polígono industrial, y de paso aclarar qué ha perdido Cascante con su comportamiento. No pretendo que le contesten a este pobre analfabeto de Monteagudo, calificativo amable que me dedican, sino a todos sus convecinos, ¿o es que creen que todos son analfabetos? Esto es lo que interesa, lo demás es marear la perdiz para justificar lo injustificable. Ya siento que se lo tenga que decir uno de Monteagudo, ¿o es que es eso lo que les molesta?