Opinión

Cambio Radical

Imagino que ustedes, al igual que yo, habrán visto alguno de los capítulos “Frankensteinianos” del programa “Cambio Radical”. No voy a entrar en la disyuntiva de si es ético, moral, permisivo o tolerante; eso sería objeto de otro artículo. Lo que más me ha hecho reflexionar, es ver de lo que somos capaces algunos seres humanos, por sentirnos a gusto con nosotros mismos, según decimos, aunque yo creo que, en la mayoría de los casos, sólo atiende al qué dirán.

Todo esto viene a cuento de que en las tertulias de terraza primaveral, no se habla de otra cosa que del “zurcir del cuerpo”, en busca de la perfección anatómica, pero no de si me gusta o no me gusta el programa; sino del “yo me lo haría”, “yo no me lo haría”.

Me resulta curioso que personas que creen estar fuera de los estándares de belleza impuestos por la sociedad de la “jet”, estén dispuestas a someterse a las atrocidades del bisturí, pero sin embargo, ninguna se plantee la posibilidad de perfilar sus grandiosas deficiencias de personalidad, (radicales, dictadores, deseosos del mal ajeno, bordes compulsivos, antisociables e hijos de la gran… bretaña), factores que también atienden al qué dirán.

Quiero creer que es más falta de conciencia, que iniciativa propia, por lo que lanzo este mensaje de sensibilización social, y propongo la creación de una academia que nos eduque en los valores de la “jet” de la convivencia humana, ¿te apuntas? Yo ya me he inscrito.