Opinión

Cacerolada por respuesta

Una cacerolada prevista para la tarde del pasado lunes, tras el cierre de esta edición. Esta es, al parecer, la mejor opción que han encontrado los vecinos de la calle Herrerías para ejercer su derecho al pataleo y protestar por las intenciones del equipo de Gobierno (UPN) de seguir adelante con el proyecto, aprobado por el Pleno, para la reforma de esta vía del Casco Antiguo tudelano.

No obstante, en la última Junta de Gobierno, celebrada el viernes, a la pregunta de Batzarre sobre el calendario previsto para abordar este polémico tema, este grupo de la oposición asegura que encontró a UPN más abierto a recoger modificaciones de cierto calado en el proyecto y a llegar a acuerdos con los vecinos. Y es que es de sabios rectificar, máxime cuando el Ayuntamiento trabaja para el pueblo, y el pueblo (en este caso los vecinos de Herrerías) no están de acuerdo con el proyecto en cuestión, aunque sí creen necesaria la rehabilitación de esta calle, que no ha sido objeto de mejoras desde hace más de dos décadas.

Los grupos de la oposición han hecho gala de su “sabiduría”, prestándose a escuchar a los vecinos y dando marcha atrás -aunque sólo haya podido ser, hasta ahora, de palabra- a su respaldo al proyecto. Y los vecinos han ejercido su derecho de expresión, primero usando la palabra hablada y escrita, y segundo, a través del más ruidoso y llamativo sonido de las cacerolas.