Opinión

Ayudas a los dependientes

Nada menos que 20 millones de euros, más de 3.000 millones de las antiguas pesetas, componen el montante que el Gobierno Foral, a través de su Departamento de Bienestar Social, se propone repartir como ayudas a las personas dependientes.

Las ayudas a partir de ahora van a ser cuantificadas obedeciendo el patrimonio y la renta de la persona dependiente, no de la familia, que era lo que se hacia hasta ahora. Las ayudas, además, van a ir en dos frentes, las ayudas encaminadas a la contratación de servicios ajenos a la familia, y las directamente ofrecidas para las personas del entrono familiar que asisten y atienden al dependiente con el que les une una relación de familia. Y es aquí, en esta segunda vertiente, donde quiero incidir, en la importancia de los valores que de esta idea se desprenden.

Si en la sociedad en general, aunque algunos no quieran reconocerlo, la familia está dotada de un importancia sublime; en la sociedad navarra, desde sus origines y singular identidad cultural, social y jurídica, la relevancia es de referencia obligada como estructura primigenia y primordial de la sociedad y de la economía.

El Gobierno de Navarra, desde sus instituciones ha sabido siempre respetar y fomentar este vínculo entre las personas. La familia, la empresa familiar, la unidad familiar ha sido siempre punto de referencia para legislar en su apoyo. Esta importancia reconocida a la Familia, se ha visto fortalecida con más ímpetu desde aquellas tendencias políticas que luchan por la defensa de las raíces singulares de una Navarra peculiar. Así, en estos últimos años, le pequeña empresa familiar se ha visto apoyada y reforzada, minorando su carga fiscal y facilitando su permanencia en el mercado, pasando de las manos de los padres a los hijos. La familia numerosa ha ido gozando de una situación cada vez más favorable, consiguiendo que sea la Comunidad foral, una de las punteras de España en familias numerosas. Y ahora le tocaba el turno al mantenimiento del vínculo abuelos nietos, que se ve o puede verse consolidado con las ayudas a las personas dependientes, que ahora se proponen. Pero no queda ahí la cosa, o no quiero que quede ahí. Quiero despertar la inquietud, y plantear la inicial reivindicación de ser considerada como familia numerosa aquella unidad que se asimile a la actual de cinco miembros, pero contabilizando para ellos los abuelos, así facilitaremos y facultaremos que verdaderamente no perdamos esa identidad propia que solo en un ámbito como es la familia se puede conservar.