Quisiera desde estas líneas rendir un pequeño homenaje al que hasta hace muy poquito fue Alcalde de Monteagudo, José María Vázquez Royo.
Una persona entrañable para algunos, prepotente para otros, pero con un gran carisma, que supo conquistar a unos y a otros, a pesar de las marcadas diferencias políticas que priman en esta bonita Villa.
Él, con su buen hacer, ha sabido durante los veinte años que ha durado su legislatura explotar al máximo las posibilidades de mejora y abastecimiento para su pueblo dotándole de unas comodidades y recursos que muy poco tiene que envidiar a ciudades más grandes. Y lo digo con conocimiento de causa (ya que soy de capital), y más quisieran algunas, (por poner un ejemplo), tener la biblioteca que ellos poseen.
Cuando yo viene a Montea-gudo hace 26 años, éste era un pintoresco pueblo, (perdido casi de la civilización), con calles tortuosas y empedradas, sí muy típicas, pero que te causaban una gran incomodidad, los contenedores de basura brillaban por su ausencia y el alumbrado dejaba mucho que desear, amén de un pequeño habitáculo que hacía las veces de consultorio médico en la plaza.
Poco a poco esta imagen fue cambiando y Monteagudo sin perder su encanto de pueblo ribero, fue cambiando. Ahora unas piscinas, un nuevo consultorio, un hogar para los más mayores, casas nuevas, polígono, hermanamiento, y así podría estar citando y citando mejoras...
