Opinión

Al Sr. Joseba Ciliarte y Montón

A la misma hora que leo la carta que me dirige, sale a la luz pública que Defensa esconde un informe sobre la utilización de uranio empobrecido en el Polígono de Tiro de Bardenas. Este era el eje central de mi artículo. Me cuesta creer que usted se haya leído mi carta ya que su artículo son una serie de graves y malintencionadas imputaciones personales sacadas de contexto. A pesar de ello coincido con usted en mi hartazgo sobre todas esas personas a las que se les llena la boca con un falso pacifismo. Y mire usted yo también soy de los que piensan que hay que salir públicamente cada vez que hay una muerte violenta. Creo que el conjunto de la sociedad debe responder y no ser exclusivamente espectadora y oyente pasiva del discurso oficial ante las situaciones de violencia que provocan muerte y dolor. Si quiere usted, podemos hablar de las muertes o asesinatos de miembros de los cuerpos policiales, de concejales, de miembros de ETA, de familiares de presos muertos en viajes a más de 600 o 1000 kilómetros, de mujeres asesinadas por la violencia de género... Pero si quiere usted podemos hablar de los muertos más recientes de nuestra historia, de los 3.500 navarros y navarras asesinados y fusilados en el 36 y posteriores. No puede haber vidas de primera y vidas de segunda, y tampoco es bueno sólo hablar de unos muertos y olvidarnos de otros. Yo le puedo asegurar que a nivel personal mi prioridad se sitúa en lograr precisamente que se respeten los derechos humanos individuales (incluida la vida humana) y colectivos de todas las personas, sin ningún tipo de ambigüedad y empezando por exigir al Estado su obligado cumplimiento. Dicho esto le diré que los insultos que me dirige, la criminalización que sobre mi persona sin lugar a dudas busca, le descalifican a usted y sobre todo son el espejo donde se retrata su visceralidad. Dice usted en su artículo que me vaya de mi tierra, de Tudela, de Navarra, pero no tiene el valor de aclarar cuál es el destino que me tiene preparado. Sea valiente y diga públicamente que si fuera por usted sería Soto del Real, Carabanchel, Puerto de Santa María o tal vez Guantánamo. Quienes me conocen saben que mis únicas armas son la voz y la palabra, y que me repelen hasta las escopetas de caza, pero eso queda para la intimidad.

¡Se acuerda? Por último quiero dedicarle las Últimas frases del Informe enviado por el Premio Nóbel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, al Tribunal Supremo Español con motivo del primer macroproceso contra la dirección política de una formación legal, de HB, en el Estado Español desde la muerte de Franco:” Existen experiencias de situaciones irreconciliables, y que hoy se han resuelto a través del dialogo y la voluntad política de lograr una resolución. Las dificultades son muchas y por eso es necesario cultivar y aprovechar todas las voluntades que se dispongan a apoyar el camino de la Paz”.