Opinión

AL SEÑOR SANTI LORENTE, “Discrepando cordialmente”

Acabo de leer su amable carta en respuesta a una mía anterior. Celebro el tono en que la escribe, mucho más sosegado y sereno, por lo que yo haré lo propio y trataré de no ser tan “visceral”.

Dicho esto, paso a contestarle y puntualizarle una serie de cosas que estimo necesitan aclaración, para ello seguiré el orden de su carta y también le comento que no tengo intención de eternizarme en una serie de réplicas y contrarréplicas que al final acaban por aburrir a los lectores.

Mire, a la hora en que leo su carta y redacto ésta, tengo ante mí el artículo de un medio regional que lleva este título: “Informes de Defensa de 2005 dicen que el nivel de radiación es inferior al legal”. Esto se ha publicado el pasado 30 mayo. Creo que usted se enfrenta a un problema grave. ¿Por qué? Porque han estado metiéndonos el miedo en el cuerpo con el uso del uranio empobrecido, diciendo que los niveles de cáncer en la zona son superiores a la media debido a determinado tipo de armamento que se ha utilizado en el Polígono de Tiro. Bardenas ha encargado otro estudio que al parecer va a confirmar el de Defensa. Siendo prudentes y a la espera de la publicación de dichos datos, ¿qué van a decir si se demuestra que no existe peligro alguno por supuestas radiaciones?, ¿cómo van a afrontar lo que han sostenido a la contra durante mucho tiempo?

Me he leído su(s) carta(s) más de una vez, aunque usted puede pensar lo que bien le parezca o convenga. De hecho me esperaba este argumento, era predecible. Permítame que le diga con toda cordialidad que ya no cuela enarbolar la bandera del victimismo. Puede que en épocas pasadas ir de víctima produjera una serie de réditos a distintos niveles; pero ahora no. De verdad que no.

Me alegra su valentía a la hora de pronunciarse sobre diferentes asuntos en los que estamos de acuerdo. Le felicito con toda sinceridad y espero que cunda el ejemplo.

Usted dice que le insulto y ahora soy yo el que pone en tela de juicio que haya leído mi carta o que haya reflexionado sobre ella. ¿Dónde le insulto? Mejor dicho, ¿dónde se siente usted insultado? Debo decirle, señor Lorente que es usted precisamente quien insulta en su “Carta Pública a la Ministra de Defensa”. Menciona cuatro veces el término “fascista, fascismo”; dos veces “mercaderes bastardos” y cinco “español, españoles”. Se lo dije en la carta anterior, no somos tontos y sabemos que hace uso del término español como insulto. ¿Sabe dónde se ve eso con toda claridad? En la expresión “son antes españoles que navarros” . Además, también conocemos a qué entorno le gusta hacer uso de ese término como insulto.

Habla de criminalizar y visceralidad. Mire, señor Lorente, yo creo que quien criminaliza y es visceral es usted porque escribió: “Usted, Sra. Ministra, su Gobierno de talante “zero”, su Rey como máximo jefe de su ejército son los máximos responsables de las consecuencias que supone mantener el Polígono de Tiro de Bardenas”. Lo que sí creo es que no está acostumbrado a encontrar respuestas como la mía, que eso le desconcierta profundamente y que proyecta en mi persona lo que usted hace. Pues váyase acostumbrando, porque cada vez somos más los que pensamos así y me reafirmo en lo que expuse en mi anterior carta. Estoy cansado, harto de su discurso repetitivo y para mí alejado de la verdadera realidad de la mayoría de ciudadanos.

En cuanto a desear que vaya usted a prisión. Repito lo del victimismo: no cuela. Simplemente le contesto en términos muy parecidos a los suyos y compruebo que eso no le gusta nada. Verá, he visto que en su Carta Pública hace uso de terminología excluyente y parece como si hablase en nombre de toda la ciudadanía Navarra (en mi nombre desde luego que no): “Ustedes españoles”, “españoles antes que navarros”, “una Navarra soberana”, “queremos que se vayan de Bardenas”... No sé, a veces saco la impresión, cuando escucho su discurso y otros parecidos, de que se arrogan unas potestades que no les corresponden y que eso tiene su origen en que no están conectados con la realidad que les rodea. Tengo la sensación de que es como si vivieran en una especie de gueto que no hace más que alimentarse del pasado y de odios enquistados que por la razón que sea son incapaces de superar.