Opinión

Ahora más que nunca es cuestión de sentido común

Ahora, más que nunca, se necesita un grupo parlamentario que imponga algo de sentido común a la política de los dos grandes partidos. Ya estamos cansados de campañas electorales permanentes en las que sólo se practica el "y tú más".



A nada que reflexionemos sobre los acontecimientos de estos últimos cuatro años nos daremos cuenta que, no es la primera vez, ni será la última, que los gobiernos locales o autonómicos se ven forzados a adoptar medidas propuestas por UPyD. Por ejemplo, Rosa Díez propuso en el Congreso de los Diputados el recorte de privilegios de los cargos electos y se quedó sola en el hemiciclo hasta en tres ocasiones. Sin embargo, ahora los privilegios de los cargos electos se han convertido en objeto de debate público, e incluso, hay quienes presentan iniciativas a este respecto como si “se les hubiese aparecido la Virgen”. ¡Qué poca vergüenza! que diríamos en mi pueblo.



Aunque, no sólo se atribuyen el asunto de los privilegios políticos, también muchas otras iniciativas de UPyD en un principio ignoradas son hoy casi un lugar común; ahora bien, esto no quiere decir que los partidos mayoritarios tengan voluntad alguna de llevarlas a cabo.



Lo mismo ocurre con la fusión de municipios, que ha llegado a ser defendida por Manuel Chaves, como si se le hubiese ocurrido a él, o la reforma de la Ley Electoral (aunque en versiones descafeinadas y contraproducentes) defendida por el candidato socialista Pérez Rubalcaba y por la Presidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre.



Por otro lado, ahora más que nunca escuchamos voces por parte de los medios de comunicación y de algunos políticos, incluido José María Aznar, sobre la conveniencia de reformar el modelo de Estado, algo sorprendente si se tiene en cuenta que en UPyD hemos tenido que aguantar severas críticas, e incluso mofas, por cuestionar el modelo territorial del Estado.



También se está hablando de la eliminación de las Diputaciones, pero parece poco probable que se lleve a cabo porque éstas sirven, en mayor medida, como agencia de contratación para amiguetes y afiliados, al tiempo que potencia el clientelismo.



En cualquier caso, parece que cuando las propuestas se hacen desde el sentido común acaban por imponerse y, no es la primera vez que nuestras propuestas siguen el mismo camino: primero se ningunean, luego se ridiculizan y luego se copian. Esto demuestra, una vez más, que UPyD es un partido político necesario y conveniente para la salud política española. Ahora, más que nunca, es importante que UPyD sume votos en todo el territorio español con el fin de alcanzar el 5% necesario para conseguir un grupo parlamentario propio, con el fin de evitar el chantaje nacionalista y garantizar la igualdad de oportunidades de todos los ciudadanos españoles, sea cual sea la Comunidad Autónoma en la que viven o trabajan.