Opinión

AER se viste de largo en un encuentro que buscó el ánimo colectivo

La Asociación de Empresarios de la Ribera, AER, celebró el jueves pasado la gala en la que premió a dos empresarios cirboneros, recuperando así un encuentro anual que cuenta ya con trece ediciones y que este año, tras el parón de 2013 por el desliz que supuso encontrar una cuentas descuadradas debido a la gestión de su anterior gerente, Natalia MuñozPérez, sirvió de revulsivo y ánimo colectivo dado el pesado ambiente de

crisis que todos padecemos.

En cualquier caso, el encuentro, vivido intensa y gratamente por el colectivo de 200 empresarios que se reunieron en el Complejo Castejón, dejó claro que el organismo sigue contando con el pulso de la calle y con el interés colectivo de este lobby por mejorar, demandar y aspirar a crecer en una Ribera abandonada completamente por unas formaciones políticas que, lejos de reconocer la fuerza y capacidades del empresariado de este territorio, lo tienen abandonado a su suerte, ensimismados en las capacidades de la cuenca de Pamplona, y ajenos por completo a las carencias sociales riberas que ya denunció claramente la UPNA en un informe.