Opinión

¡Adiós Bono!

Lástima, uno de los muy pocos políticos que vale la pena, cada día escasean más, y más aún del Partido Socialista, que por su propia ideología social, parecen dejarse llevar por los aires que más convengan en cada momento, con la única meta de alcanzar el poder, o mantenerlo, sin importar, qué, cuándo, ni por qué, siendo capaces en ocasiones, y más vale, que sólo en ocasiones, son capaces de vender a su padre, al mejor postor, y si alguien no me cree, a las pruebas me remito.

El que hasta ahora ha sido Ministro de Defensa, y lleva años en la política, pero ha demostrado siempre, en cada momento, ser un hombre de principios, de ideas claras, de los que quedan pocos, muy pocos. Le he llamado otras veces, “el ministro capachazo”, y es así porque ha estado con la gente, desde que era presidente de su Comunidad Autónoma, se rozaba con el ciudadano, siempre ha estado con el ciudadano, con los soldados, más que con los generales, ahora que era Ministro de Defensa.

Se va, dice, ¿pero de verdad, nos lo creemos?, ¿motivos familiares?, o es que no se casa con las ideas de los que le mandan, más bien se casa con su señora, y no por lo civil, sino ante la iglesia, pues se declara creyente, cristiano y practicante.

En política, en la política actual, no se puede salir del tiesto, ni un milímetro, aquel que no cumple a rajatabla con una disciplina de partido, ¡fuera!

España, o lo que de ella queda, o puede que quede dentro de poco, es un país sometido a una democracia bipartidista, en la que cada uno de estos partidos, sólo se preocupa de ir en contra del otro.

Unos pactan con otros pequeños, para ganar alguna poltrona, sólo para arrebatar a los contrarios, un puesto, un escaño, son tan radicales, unos como otros, los moderados, no son respetados.