Opinión

A vueltas con Garzón

Hace unos días estuve viendo en un telediario la noticia de que el juez Garzón estaba mirando a ver si le correspondía juzgar los crímenes del franquismo. Cosas de hace más de treinta años, casi todas de hace 70 años (setenta, sí) y cuyos protagonistas, víctimas y verdugos, hace tiempo que murieron.

A continuación (perdónenme por desconfiar, pero creo que el juntar las dos noticias fue intencionado) sacaron lo del paro de las secretarias judiciales y salían fotos y reportajes de los despachos atiborrados de expedientes. Hablaban de la falta de medios, de la inoperancia de la justicia etc., etc. Todo ello aprovechando el desgraciado asunto del asesinato de Mari Luz, la niña gitana que vivía cerca de un violador asesino que estaba supuestamente vigilado por un sistema judicial que no funciona.

Y yo me pregunto: ¿no serán las dos noticias, en cierta medida, causa y efecto?

Me parece que el trabajo que Garzón -y, supongo, otros jueces, cada uno, con su caterva de subordinados-, dedica a estos sumarios espectaculares no ayuda a disminuir el número de expedientes amontonados, más bien los incrementará.

¿Cuántos casos podían haberse resuelto con los esfuerzos que el juez y su equipo dedicaron a Pinochet (otro que murió tranquilamente en su cama), total para nada? ¿Y lo de los torturadores argentinos?

Se dedican a impartir Justicia a lo largo y ancho de este mundo, en otros países y en otros tiempos y mientras tanto en España los terroristas se quedan sin juzgar porque no se ha concluido el sumario en el plazo obligatorio y los violadores andan sueltos porque no hay funcionarios suficientes para llegar a tiempo. Los que hay están dedicados a cosas de más altura.