Opinión

¿A dónde va la Iglesia católica?

Un día sí y otro también, salen escándalos en la Iglesia católica. Benedicto XVI no gana para disgustos. Nos enteramos que en todos los sitios que estos sacerdotes pasan, dejan rayas hechas.



Cuando no son por temas sexuales, son por temas económicos, o por sectarios. Pierden la fe y se apartan del sacerdocio, pues no pueden aguantar la presión que el Vaticano está ejerciendo sobre ellos.



Miles de sacerdotes y monjas dejan los hábitos, algunos se casan y otros comienzan una nueva vida, teólogos eminentes ven como son silenciados. Benedicto XVI no puede parar el gran cisma que se avecina, no sólo caen las vocaciones, es que los que la tenían, la pierden.



El final se acerca, pues los "fieles" dejan de serlo y empiezan a pedir sus derechos y a reclamar a la jerarquía, que les dejen el mando, pues el continuo goteo, no sólo termina con los tejados de las Iglesias, que ya no pueden arreglar, sino también con los cimientos.



Un cura atiende muchas parroquias, pues ya no tienen repuesto a los sacerdotes que mueren o se jubilan. La sociedad, protesta, pues se siente traicionada, ahora comprenden que estos mandatarios se han apartado del evangelio. No comparten, con el pueblo de Dios nada, han manipulado a las personas y les han impuesto unas directrices que anulan sus derechos.



Han conseguido un patrimonio, con engaños, pues nunca Cristo les dijo que se enriquecieran, asustando e imponiendo su palabra.



Dogmatizan, para que falsedades y mentiras sean tragadas a la fuerza.



Las verdades fundamentales de la Iglesia se caen por su propio peso, el pecado original, se confirma falso. Con ello cae también la condenación eterna, y eso, cual fichas de dominó, termina demostrando la falsedad de que Cristo tiene que morir para salvar a la humanidad. O la barbaridad de que su madre sea madre de Dios, cuando Dios no tiene principio, por lo que no puede tener madre. Y el contrasentido de que una mortal no muera, o que una embarazada pueda seguir siendo virgen.



Si Cristo, no puede ser unigénito de Dios, pues sabemos que teológicamente Dios no puede tener hijos, al ser eterno y no necesitar reproducirse, también queda sin valor que Cristo pueda dar poderes a sus apóstoles, con lo que ni pueden perdonar o no pecados, ni hacer hijos adoptivos de Dios,

ni trasformar el pan y el vino en carne y sangre humana, y mucho menos seguir mandando dictatorialmente, por lo que tienen que entregar la Iglesia al pueblo, o desaparecer, pues tanta sarta de mentiras y falsedades, les anulará más pronto que tarde: Cristo es igual a todos nosotros o no sirve, ni como ejemplo a la raza humana.