Opinión

La fiesta para poder seguir soñando

Las fiestas siempre nos transportan a épocas felices, de ruptura de la cotidianeidad, de transgresión, de catarsis, de reconocernos como colectivo donde los sentimientos y las identidades confluyen para vivir unos días diferentes llenos de energía positiva.

Tengo la sensación de que este año podemos vivirlas desde una óptica más optimista. Tudela, y por extensión toda la Ribera, está cambiando de mirada, va tomando las riendas de su propio destino, sin caer en fatalismos ni victimismos propios de la fuerte crisis económica padecida. Se ha puesto el foco en nuestras potencialidades, de ahí el Plan de Activación Comarcal 2017-2030 de la Ribera de Navarra, Tudela se está proyectando como ciudad de cine, los niveles de ocupación hotelera y de restauración se está incrementando y las Bardenas se convertirán en ese corredor natural y paisajístico que nos asegura un futuro turístico prometedor.

Este proceso de cambio se está empezando a notar, sólo falta consolidarlos, mirar hacia adelante y que las fiestas de Santa Ana nos ayuden a disfrutar de unos días felices en una sociedad cada vez más rica, más equilibrada, más cohesionada en los valores de la permisibilidad y de la convivencia que siempre han sido las señas de identidad de la Ribera de Navarra.