Opinión

Celaá, esa desabrida vuvuzela

Hace unos días, en el Congreso de los Diputados, el congresista Juan José Matarí (PP) interpeló a la ministra de educación Isabel Celaá (PSE-PSOE) sobre la entronización de la Lomloe, que conducirá a la progresiva demolición de la “Educación Especial” (exclusiva para chavales con o sin discapacidad), ahora separada de la dedicada al resto de chicos.  

Matarí explicó cómo nos va a afectar esto a todos. Como ciudadano manifestó que no podremos ejercer el derecho constitucional a elegir qué educación queremos para nuestros hijos. Como padre relató el caso de su hija Andrea, de 25 años y con síndrome de Down: siempre se ha educado en estos “centros especiales” -llegando incluso a cursar un “grado universitario especial”- y así Andrea ha podido desarrollarse como mujer que trabaja y es feliz. El congresista se lamentó ante la ministra de que la nueva ley deje desamparados a estos chavales que deberán integrarse en el mismo programa educativo que el resto de alumnos, con el consiguiente peligro de ser marginados.

La ministra Celaá, con altanero desprecio, cara de asco y barritando cual elefanta con vuvuzela, le contestó textualmente al padre de Andrea: “¿de dónde viene usted?, ¿de qué lejos viene usted? Usted no tiene ningún contacto con el mundo educativo, ni con los padres, ni con los hijos, ni con los profesores. No sé de qué habla”. Después, balbuciendo, preguntó a Matarí ¿“qué contribución han hecho ustedes al progreso”?, enseñó un libro que supuestamente era la Constitución del que no leyó ninguna línea (¿conoce la Constitución?) y como argumento final vino a llamar traidor a su contrincante por ejercer la oposición. Misericordiosamente la Presidenta de la Cámara dio fin al espanto protagonizado por la ministra socialista… 

¿Ese desprecio, ese supremacismo, esa frialdad que mostró hacia Matarí, es personal porque Celaá considere que una vizcaína siempre será de una cuna muy superior a un almeriense, o quizá se trate de simple aldeanismo propiciado por los viejos y estrechos contactos de la ministra socialista con el imperial/anexionista PNV -y su consubstancial prepotencia- que la lleven a creer que cualquiera que discrepe de ella viene, como muy cerca, de Marte? 

Al día siguiente, vía twitter, Celaá se disculpó con Matarí. No está mal, pero no evita  la “cagá de la Celaá”. Mucho mejor hubiese estado actuar con humildad, corrección y respeto al rival.