Opinión

Navidad con sones de guerra

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Cuando las bombas se imponen a los villancicos, resulta difícil escribir lo que una desea: paz, solidaridad, alegría.

No tengo respuesta que acabe con la crueldad de un fanatismo desbocado. Pero sí el firme convencimiento de que la violencia engendra violencia en una infame espiral en la que las principales víctimas son seres humanos indefensos. Es precisa la protección frente a posibles atentados, pero extender las guerras sólo puede traer sufrimiento.

Las guerras de Irak y Siria han contribuido al auge del yihadismo. Según numerosos estudiosos, no parece que nuevas guerras consigan invertir ese rumbo sino reforzar los mensajes con los que captan adeptos. Las consecuencias serán imprevisibles si el afán por buscar estratégicas soluciones que apunten hacia la paz, no prima sobre los intereses militares y económicos de las grandes potencias.

El único antídoto con el que contamos es la sensibilidad con todas las víctimas, la hermandad, y el derecho y el deber de exigir a nuestros gobernantes que los intereses geopolíticos no estén por encima de nuestro derecho a vivir en paz.

Siempre nos quedará el villancico de John Lennon:

Muy Felices Navidades

y un feliz Año Nuevo,

dar esperanza es bueno,

sin ningún miedo.

Si tú lo quieres,

la guerra ha terminado.

Milagros Rubio Salvatierra

Asamblea Antipolígono de Tiro