Opinión

Afrontar el futuro con optimismo europeo y realista

Este pasado 9 de mayo se celebró el Día de Europa.

Un reciente estudio del Sistema europeo de análisis de estrategias y políticas (ESPAS) señala que los seres humanos somos “genéticamente hablando, sesgados hacia lo negativo”, de hecho, parece que los europeos tendemos a ser particularmente pesimistas. Lo sorprendente es que, otro estudio ha realizado un análisis sobre predicciones que se hicieron en el pasado, con una conclusión clara: las predicciones negativas y catastrofistas no aciertan más (ni menos) que las optimistas. 

Hace 70 años que aquel ministro francés y alsaciano llamado Robert Schuman leyó su declaración, inspirado por el visionario Jean Monnet, ofreciendo a Alemania, eterna rival, la creación de una “alta autoridad” que organizara toda la producción del carbón y el acero y poner así fin a décadas de violencia en Europa. Hay que recordarlo. Nunca antes en la historia de nuestro continente habíamos tenido siete décadas consecutivas de paz. Hemos conseguido mucho más que el mantenimiento de la paz. Hemos creado el mayor mercado interior del planeta y la mayor integración política continental basada en los derechos humanos y la cooperación. En el camino se han creado instituciones comunes, entre ellas el Parlamento Europeo, única institución continental cuyos miembros se eligen por medio de elecciones directas.  

La Comisión es un ejecutivo, único con poder de iniciativa, pero que no tiene facultades ejecutivas en muchos casos, y en otros muchos sus decisiones deben estar respaldadas por comités formados por representantes de los Estados (la llamada comitología). El Consejo, compuesto por los Estados miembros, en realidad se desdoble en Consejo Europeo y Consejo de Ministros de la UE, dos instituciones diferenciadas. El Parlamento Europeo, una auténtica obra de innovación política, cierra la “tríade comunitaria”, decide en la mayoría de los casos junto con el Consejo, pero carece de poder de iniciativa legislativa. A todo lo anterior, hay que sumar otras instituciones como el Tribunal de Justicia, el Banco Central (si, tenemos moneda única), Banco Europeo de Inversiones, Tribunal de Cuentas, una treintena de agencias, decenas de comisiones de expertos, además de organismos de representación como el Comité Económico y Social y Comité de las Regiones. 

Para saber más y de manera ágil, sobre la historia y funcionamiento de la UE:

https://europa.eu/european-union/about-eu_es

https://op.europa.eu/es/web/general-publications/eu-at-a-glance

Con el cuadro descrito en el párrafo anterior cuesta creer que la UE haya reaccionado rápido a la crisis del coronavirus, pero así ha sido. Quien no me crea puede consultar la web del “coronavirus response”, iniciativa que la Comisión Europea creó el 6 de marzo. Por destacar las más importantes, se han destinado 380 millones € para el desarrollo de vacunas, nuevos tratamientos y diagnóstico, 100.000 millones € a fondo SURE, medidas para mitigar riesgos de desempleo, 20.000 millones € para PYMEs o el programa de compras de emergencia frente a la pandemia de 750.000 millones de euros o el Fondo de Solidaridad de la UE. En resumen, el importe total movilizado hasta la fecha asciende a unos 3,4 billones de euros, que cubren sectores financiero, económico, empresarial, salud, innovación y social. 

Puede consultarse las iniciativas adoptadas por la UE en relación al coronavirus en esta web.