Opinión

Navidades a la carta

Estas Fiestas navideñas no van a ser iguales a las de otros años. Son las palabras más escuchadas durante estos días. El maldito virus ha rasgado la tradición y ha alcanzado a la Fiesta. Los villancicos sonarán tristes y las canciones populares se escucharán, en esta ocasión, con un punto de amargura y melancolía.

Todo será parecido y nada será igual, ni en cantidad ni en calidad. La carta y el menú tendrá menos donde elegir, pues “el bolsillo” seguramente estará dañado por los ERTES o por los ERES y el número de comensales que podrán acercarse a la mesa será menor. Con quienes podremos reunirnos y a que hora deberemos levantarnos de la mesa, nos lo señalarán quienes nos gobiernan. Aún así y todo, procuraremos que nuestras viejas y tradicionales costumbres, como dice la canción de José M. Soto, que no nos las toquen, pues “son cositas que los navarros llevamos muy dentro de nuestro corazón”.

Todos asumimos que nuestra Salud está siendo amenazada y atacada por el COVID, que nuestras familias y amigos y nuestra economía sufre y requiere de la solidaridad del vecino, de la pericia de nuestros sanitarios y de la ayuda de las Administraciones, que en algunas ocasiones llega tarde y es insuficiente, Ojala el júbilo y la alegría del villancico, canción de gente libre y comprometida, nos conserve el ánimo para superar juntos todas estas dificultades y ahuyente el insulto, los sonidos bruscos, la injusticia y las preguntas sin respuesta.

Junto a la Salud y la Economía, la pandemia ha derivado hacia una crisis social, que será necesario recomponer en nuestras empresas y centros de trabajo, en nuestras casas, en la de nuestros vecinos, en nuestras familias y amigos, en España en general y en Navarra y la Ribera en particular. La celebración con prudencia de estas Fiestas navideñas, seguro, nos ayudará en el empeño.

Desde el respeto, en la mayor medida de lo posible, de las normas y recomendaciones establecidas, seguro que podremos conjugar seguridad con flexibilidad y podremos celebrar y cantar con alegría, aunque sea con mascarilla y la sala ventilada el nutrido repertorio: “Campana sobre campana”, “La marimorena” y “Pero mira como beben”.

Estoy convencido que, ahora más que nunca, los navarros estaremos a la altura de las circunstancias y responderemos con orden, norma y las escasas armas que tenemos al dichoso virus. 

Con paciencia, prudencia y la vacuna a punto y en posición de “prevengan” aquí estaremos para acabar con la pandemia.

Feliz Navidad y nunca, con mas énfasis, Próspero Año Nuevo.