Opinión

Pinos y otros árboles, nos faltan

No era una tradición muy nuestra, pero se ha ido popularizando, es de suponer por influencia del resto de Europa, pero la colocación de un árbol de Navidad en cada casa y en cada rincón se ha incrustado en nuestra tradición navideña como el frontal de un santo.

Así, ya no resulta extraño que ese pino iluminado y decorado, a veces hasta el más barroco de los requiebros de la imaginación, nos acompañe ya, cada Navidad, como el Belén y las guirnaldas decorativas. Por ello, aprovechando nuestro pino de portada, protagonista por antonomasia de este mes, me pregunto cómo podemos estar permitiendo que nos corten los pocos árboles que tenemos en el comunal de la Ribera.

Sorprende que apenas se hayan levantado voces en contra del arrasamiento de amplias zonas y el clareo sin escrúpulos, sentido, ni sensibilidad ambiental, a la par que no se proyecta, ni imagina, ni plantea lo más mínimo regenerar espacios y dotar a nuestro territorio de lo que más le falta...
¡Árboles que arraigen la tierra y den cobijo en nuestro arrasado territorio!

La sequía nos persigue,
y cada Navidad nos recuerda, con este símbolo universal, que tenemos que llenar nuestro espíritu y nuestra realidad, de pinos... ¡Y de árboles!