No hacen su trabajo y somos nosotros, las personas de a pie, quienes cargamos con la responsabilidad de promover mayorías, vía urna.
Este domingo, el país se enfrenta a una nueva convocatoria electoral que nos conduce a tomar decisiones inducidas -teóricamente- por los votos, dado que quienes ostentan la responsabilidad de sentarse a pensar y llegar a acuerdos, no salen de su área de comodidad, algo que está perjudicando profundamente no sólo nuestra economía, sino la propia convivencia.
Hay tantas cosas por cambiar, tanto por hacer y tanta desidia en los partidos y en nuestros políticos, que no dan ganas de participar de esta farsa, si bien la alternativa, es decir, abstenerse o ‘pasar’ completamente, es aún peor. ¡Hay que ir!
El mundo está cambiando a pasos agigantados, es necesario no sólo tomar decisiones, hay que posicionarse y trabajar, y haciendo todo lo contrario, como se está promoviendo, sólo se está logrando atascarnos y retroceder. ¡Y donde no hay vida ni movimiento, el fracaso está asegurado!
