Opinión

La Jornada continua en los colegios, ¿moda, mejora o imposición?

Aprisa y corriendo, los colegios se han puesto a empujar a las familias a votar. En algunos casos aleccionando a los niños sobre las ‘ventajas’ de la jornada continua, como ha ocurrido en el Colegio de Murchante. En muy poco tiempo, y sin debate, explicaciones, ni reflexión colectiva de claustro, apymas, alumnos, técnicos y familias, se ha conducido a padres y pequeños a optar por la jornada continua, vendiéndola como la panacea de la formación. “Porque es mejor dar clase a la mañana, que por la tarde prestan menos atención y contarán con extraescolares” y blá, blá, blá, aseguran.

Y así, no se puede valorar semejante cambio.

Los profesionales de la Educación comenzaron imponiendo la tarde del miércoles como no lectiva, siendo ésta una mejora laboral, no académica; en muchos casos ésta se ha ampliado al viernes, y ahora están empujando a los padres hacia una jornada continua -que nadie cuestiona si se explica en más de un mes y no como está ocurriendo, y si se tienen argumentos y criterios pedagógicos suficientes, cosa que no se ha hecho- y, sin contar ni con la sacrosanta ‘conciliación’ de los padres, ni con los problemas que ello ocasionará a los progenitores que trabajan en el comercio, o en el sector servicios -a jornada partida-, o a turnos, -que son la mayoría-. Se han echado a correr para poner en práctica un modus operandi que no se sabe aún a ciencia cierta si se trata de una moda, una mejora educativa o una simple imposición sindical vestida de modernismo y libre elección.

¿Dónde queda el servicio público que representa la Educación? ¿Cómo se ha valorado y decidido semejante cambio? ¿Se ha cuantificado qué ocurrirá en pueblos y colegios pequeños, que con el cambio deberán modificar y asumir servicios como el comedor u otros? ¿Lo podrán pagar las familias? Creo que nos hemos metido colectivamente en esta ‘ventaja’ sin demasiada reflexión, y así, uno siempre se equivoca por uno o por otro lado.

MarianoNavarro Lacarra

Director