No se entiende tanta inacción y tanto silencio con lo que pasa en el mundo.
La política y la televisión están pensadas para atolondrar. Y, en otros ámbitos, han dormido a la juventud, como asegura Urtubia, de tal forma que padecemos uno de los males más profundos que puede padecer el hombre:
estar muerto en vida. Porque tolerar tantas tristes realidades nos entierra poco a poco por completo.
Colectivamente estamos sumidos en un vacío profundo y turbio, como oscuros son los intereses que nos conducen a ese aborregamiento individual y social.
Sólo hay ‘fútbol’ y ‘copas’. ‘Campeonatos’ y ‘liguillas’. Lo demás no importa. ¡Qué tristeza de sociedad!
Parecemos zombis, marionetas y lo peor de todo es que somos plenamente conscientes de ello, pero con el ‘dame pan y dime tonto’ y con ese supuesto ‘bienestar occidental’ que creemos disfrutar, preferimos mirar para otro lado, para no pensar. ¡Pobres de nosotros! ¡Estúpidos egoistas vacíos!
Howard Thurman lo dijo claro: “No preguntes qué es lo que el mundo necesita. Pregúntate qué es lo que te hace sentir vivo, y hazlo. Porque lo que el mundo necesita, es gente que se sienta realmente viva”.
Mariano Navarro Lacarra
Director