Opinión

¿Es una broma, no?

Uno se mofa de las ocurrencias propias y extrañas, que es natural tenerlas, pero no que alcancen dimensión real.

Resulta que dicen que nos van a dar un dinero para un polideportivo en Tudela, que es que los pobres jugadores de un club de élite se mojan cuando llueve... ¿Y para darles gusto nos tenemos que meter a gastar lo que no tenemos?

A ver, que sí, que es importante jugar en las primeras ligas y en las más altas disciplinas, pero lo que el ciudadano de a pie necesita en Tudela es más piscinas y frontones, entre otras cosas, no que unos niñatos de primera estén a la última.

Si es lo que desean, que se lo paguen ellos. La ciudad dudo mucho que pueda asumir alegremente la construcción de más instalaciones. Y lo que es aún más complejo: ¿cómo y con qué dinero las va a mantener activas, atendidas y en condiciones año a año, después?

La trama de ‘la polémica del Polideportivo de Tudela’ da vergüenza ajena por muchos motivos. Pero, sobre todo, está retratando a las formaciones políticas, esas garantes del ‘bienestar animal’ local... 

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