Opinión

‘Chicas con pene’... ¡qué pena dan!

Somos testigos mudos de la estulticia supina, generalizada y elevada a los altares de lo incriticable y políticamente intocable.

Más allá de la mesura y el sentido común, asistimos impasibles a una campaña de ¿concienciación? consistente en recordar a los niños que pueden tener vagina y a las niñas, que pueden contar con pene...

¡Y la ocurrencia se vende como modernidad y aperturismo para los infantes! Cuando no es más que un desatino completo, absurdo, descontextualizado e incorrecto, mediante el que se generaliza una realidad médica y psicológica que todos respetan, por obvia, y cuya atención aplauden confundiendo a todos.

Así, estamos enviando a la juventud un mensaje basado en el capricho y el gusto del momento, en lugar de en ser como se es, sin mayor complicación.

Inmiscuirse en la mente inmadura de los más pequeños de ese modo, es una burda agresión que, incomprensible y absurdamente, socialmente está admitida y bien vista, pero que, sin duda, no aporta nada nuevo ni bueno a la colectividad.