Opinión

Y después, ¿qué?

Los ayuntamientos riberos, de la mano del Consorcio EDER, están echando mano de la adjudicataria empresa Smurfit Kappa Navarra para ‘limpiar’ los pinares de nuestro entorno. Nada menos que 177 masas de pinos alepos, 1.426 hectáreas repartidas por la seca geografía de nuestros montes comunales; más los del cerro  de Santa Quiteria y el entorno  del colegio de la Anunciata, que Tudela ha incluido en la resaca.

Estas entidades dieron saltos de alegría al esperar de ellos 102.202 € y obtener de la empresa 585.140 € por este aprovechamiento maderero sacado a concurso. La acción, dicen, mejorará el estado de los montes. Y la limpia evitará que sean los municipios quienes acarreen con los gastos de reducir el riesgo de incencios, a través de este clareo, pero la medida, si se queda ahí, va a suponer, en la práctica, que se va a hacer caja de un bien usufructuario

de nuestros montes comunales, sin buscar ningún otro beneficio ni mejora ambiental posterior.

Una política medioambiental coherente, a aplicar en la zona, es inexistente para recuperar nuestro bosque y monte bajo mediterráneo tradicional. Por ello, ¿resulta esta acción consecuente con el abandono total que sufren nuestras escasas masas forestales y sotos?

Mariano N. Lacarra

Director