Opinión

Violencia gratuita

Sin duda es inmoral esa máxima de que el fin justifica los medios, o eso de que la violencia no siempre

es gratuita. La violencia es violencia y siempre sobra en las personas, a pesar de que haya formado -y forme- parte del ser humano.

Estos días que hemos visto el horror causado en Ucrania o Venezuela, por no recordar el vivido en Libia, Egipto o en mil y un destinos, además de la incomprensión e impotencia que produce la escasa respuesta y las ínfimas medidas amaneradas que se han tomado desde Europa para responder a algo inaceptable como la represión o la fuerza opresora. No podemos dejar pasar estos hechos, aceptando algo innecesario y manipulador como es el recurso de la violencia.

Este país perdió los estribos y la lógica cuando izquierdas y derechas perdieron las formas en el 36, de modo que no estaría de más que, públicamente, se abogue por la no violencia como máxima

y como fin humanamente último.

Darla por buena, consentirla y hasta arengarla, saca lo peor de nuestro ser y nos aleja del camino convirtiéndonos en malas bestias.

Y, peor aún, soportar sin reacción alguna las atrocidades que nos brindan las noticias y la televisión, más allá de la violencia gratuita e innecesaria de ocio y ficción -vía películas, video juegos o cualesquiera otra manifestación-, lejos de promover una cultura no violenta gandiana, perdona, legitima y asume algo siempre detestable como es el empleo de la fuerza bruta.