Opinión

República bananera

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Si las porras ya apuestan sobre dónde van a terminar Alfredo Pérez Rubalcaba o Roberto Jiménez Alli tras la debacle socialista, después del Consejo de Ministros del viernes pasado, ha quedado claro que el de Industria y Energía, José Manuel Soria López, ya se ha ganado un buen puesto para la posteridad en alguna de las cinco empresas del apocalipsis: Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa, Hidro Cantábrico o E.ON.

Así será porque el día 6 quedó patente que este país lo es sólo a conveniencia, a la medida, al dictado. Reflejo de maniqueos y turbios intereses que quitan y ponen Gobiernos y manipulan la legislación ad líbitum.

Aprobando una nueva Orden de estándares, ese día se fijó nuevamente la retribución a las energías renovables, justificando el robo a los inversores de la fotovoltaica, basando su absurdo discurso "en la estabilidad financiera del sistema, la rentabilidad razonable y en la introducción de certidumbre en el sector". ¡Casi nada lo del ojo!

Lo más sorprendente, llegados a este punto, es que estos mangarranes de lo que se dio en definir hace décadas como "La Casta", es que ya ni se despeinan para hacerlas con pelo, convirtiendo a esta piel de toro en el hazmerreír del mundo civilizado y en el primer país occidental, ya sin careta, república bananera al pairo de lo que toque y caiga. Mientras Fondos de Pensiones e Inversión americanos y árabes, sacarán los colores a estos mafiosos cuando Estrasburgo ponga en su sitio las cosas, porque, digan lo que digan: dos y dos, son cuatro.