Opinión

¿Qué viene el lobo! ¿Y?

Ya están despertando la alarma colectiva por el hecho de que se ha constatado que hay lobos en el pirineo aragonés, ya muy cerca de aquí. Se sabe que en sus incursiones y exploraciones se acerca a Navarra también por Álava y otras áreas, y ya están las voces inconfesas del miedo absurdo con la de siempre, “¡que viene el lobo!”. ¿Y qué?, les debemos preguntar. Afortunadamente, vuelven a un espacio que siempre ha sido suyo. ¿Dónde está el problema?

Hay que acabar con ese temor histriónico e infundado y terminar con la preocupación de los ganaderos siendo ágiles y generosos con el abono del valor de las reses perdidas, pero ya vale de asustar con sandeces. El lobo debe ser orgullo patrio y motivo de canto colectivo.

El canis lupus desapareció de las Bardenas el siglo pasado, como muy bien estudió y ya publicó Juan Manuel Garde, del Centro de Estudios Merindad de Tudela. El oso y el leopardo formaban parte del paisaje moncaíno. Y otros felinos como el gato montés o el propio lince recorrían nuestros caminos... ¿Dónde radica el problema para tan preocupante preocupación? Pues, por desgracia, en nuestras cerriles mentes. 

La reintroducción del lobo gris en Yellowstone (Wyoming, EEUU) en 1995, 70 años después de desaparecer, reequilibró ese Parque Nacional y mejoró su entorno... Quizás el lobo aquí contribuiría a lograr lo mismo con el conejo y el Comunal, asignatura que aquí tenemos pendiente de la mano de una agricultura desbocada.