Opinión

¿Qué van a hacer con la PAC?

Es un milagro que nuestros agricultores puedan sobrevivir en un mundo, un mercado global, en el que es más barato, nadie sabe porqué, traer los productos desde miles de kilómetros de distancia, antes que permitir que se cultiven, vendan y consuman, de forma razonable, desde la cercanía.

Por ello, es de alabar profundamente su labor y su compleja gestión para entender un mercado incomprensible y darnos de comer a unos precios razonables, que ellos no perciben ni de lejos, y que son, sin duda, otra estafa a gestionar y resolver pronto.

Sujetos a imprescindibles controles y limitaciones medioambientales que, sin duda, tendrán que ir a muchísimo más, tienen que alimentarnos de forma eficiente y sana, con todo tipo de trabas y, lo que es peor, intentando plantar cara a unos productos que llegan de todas partes y que se producen sin control, lógica ni rigor alguno, además de subvencionados o injustamente ‘arropados’ o encubiertamente potenciados por empresas transnacionales, que campan a sus anchas e incluso mangonean las nuevas legislaciones a su interés, y que destrozan el esquema de trabajo de un sector, que en España debe ser una de las más potentes industrias, ya que podemos alimentar Europa.

Entretanto, la PAC o Política Agraria Comunitaria, no sabe por dónde se anda. Sólo beneficia a los más ricos, no productores profesionales. No protege realmente el medio ambiente, ni el mercado común europeo, al carecer de criterio y permitirle casi todo al resto del mundo, de modo que se está cuestionando profundamente, a la vez que se están planteando a fondo los beneficios que realmente aporta, generando dudas y conduciendo así la realidad y las necesidades hacia una una agricultura sin subvenciones, que compita de verdad. 

Lo dijo el otro día el experto agrícola británico Ngaire Woods, que propone “crear así una oportunidad importante: la posibilidad de construir un sector agrícola más seguro, más verde, más eficiente y más innovador… y sin subvenciones”.