En breve, se iniciarán en Tudela las obras del denominado ‘Corredor Verde’, que remozará el paseo del Prado y el entorno del Ebro y alguna de sus riberas en la ciudad de La Mejana. Se gastará un dinero que no tenemos pero que cuenta con el plácet y los euros de Europa que pagarán nuestros niestos, realizando así una apuesta vistosa, pero realmente en absoluto necesaria.
A la par, en la Ciudad Agroalimentaria de Tudela, una sociedad público-privada liderará la creación de una planta de hidrógeno verde que convertirá a la CAT en la primera planta en Navarra de estas características... Meterán varios millones de los sonados fondos Next Generation EU -muy complicados de alcanzar para el común de los mortales-, para que se investigue -y poco más- en una fuente de energía de la que aún se desconocen características y virtudes, y que de llegar a algún buen puerto, ya se preocuparán de explotar las empresas privadas sin que ello revierta a la sociedad como debería ser, tal y como ocurre con el desarrollismo desmedido tolerado a los parques de aerogeneradores...
Dicho esto, y como bien dijo Don Quijote, “ladran los perros, luego cabalgamos”, pero si esto es desarrollo y sostenibilidad, ¡menudo ruido sarnoso!... ¡Venga Dios y lo vea! ¡Pobres de nosotros si es así como se quiere apoyar el emprendimiento, el trabajo y la sociedad del futuro!
