Opinión

Osasuna, salud fiscal

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Me gustaría saber cómo se puede llegar a deber 49 millones de euros a la Hacienda Foral, y que no pase nada. Lo pregunto, para hacer lo mismo, si procede, ya puestos.

La cuestión es que, además, como buen fiador, Hacienda hasta recibió en el Departamento a Osasuna para ver qué había de lo suyo y, generosamente, ¿negociar? las condiciones para devolver lo adeudado.

Pregunto esto porque, alejado como estoy de los trapíos deportivos de la actualidad, no me salen las cuentas o, mejor dicho, no puedo entender cómo se puede tener el trato de favor que se ha tenido con este ¿club? ¿deportivo?

Parece un tópico, pero es la realidad: ¡Todas las empresas y comercios navarros y riberos desean el mismo trato de favor!

Del mismo modo, deseo un acreedor del mismo corte, que me reciba con luz y taquígrafos y me ría los chistes. Y que de paso, qué pobre de mí, me entienda y todo.

En definitiva, que lo de este país con el ¿deporte? y con el fútbol en particular supera el más puro Valle-inclanismo.

O no es esperpéntico que se permita lo que se está permitiendo a este ¿club? y a este ¿deporte? cuando en el día a día están contando hasta los rollos de papel higiénico que se colocan en colegios, hospitales y centros de salud.

Osasuna, en euskera, quiere decir “salud”, pero discúlpenme, pero en este ‘caso’, como en todos los de la CAN y sus nuevos amigos de La Caixa, veo muy muy poco de gestión, actitudes, acciones y resoluciones ‘saludables’.

Y, visto lo visto, lo mejor sería que hiciéramos todos igual... Y qué risa nos iba a dar a todos. ¡Aúpa Osasuna! ¡Y viva ‘er furbor’! ¡Qué país señor, qué país!