Opinión

Nos vigilan, es obvio y notorio

El INE, Instituto Nacional de Estadística, ha llamado la atención de la opinión pública y acaparado titulares porque ha informado elegantemente de que, de la mano de las grandes operadoras de telefonía móvil, iba a hacer un ‘estudio’ sobre la movilidad de las personas estos días.

Informarlo abiertamente le honra, porque bien sabida y conocida es la pulcritud -y nivel de exigencia- con que trabaja esta entidad, pero el hecho delata, ya totalmente a las claras, hasta que punto estamos vigilados, controlados, medidos y coartados de forma absolutamente inconsciente.

¡Somos libres, pensamos! ¡Jua, jua! ¡Qué dilema y qué mentira! 

A ver, de todos es conocida la ingente cantidad de información personal que de todos nosotros circula por todas partes. Tarjetas de pago, clubes de usuario y un sinfín de vías inimaginables nos desnudan ante las grandes marcas y el Estado, por no hablar de cómo nos subestima internet y sus subterfugios para sacarnos toda la entretela. 

Esto, sumado al poder hipnotizante y vaciador de esa nueva religión denominada “Redes Sociales” -que como tal nos priva la libertad-  es la nueva esclavitud tecnológica que nos tiene sometidos, y lo que es peor, convencidos.