Opinión

El PSOE de Pedro Sánchez

Mariano.jpg

El PSOE ha elegido por primera vez a su secretario general mediante el voto directo de sus afiliados. Todo un logro desde el punto de vista de la democracia participativa,

y todo un riesgo desde el prisma que da ser cuestión de Estado y parte importante e interesada del actual statu quo que, si bien hace aguas por todas partes, nadie se atreve a reformar y cambiar.

El nuevo secretario general socialista supone una importante lavada de cara para un partido necesario y clave en un Estado democrático y plural, pero supone un mar de dudas respecto de hacia dónde irá éste. Al propio 'aparato' de la formación le tiemblan las piernas porque no puede controlar hacia dónde se va. Si bien la situación política española se encuentra tan a la deriva, que necesita de este tipo de Mesías para intentar frenar la hecatombe y buscar alternativas a sí misma, desde dentro y en serio.

Así que, lo mínimo que se le puede desear, llegados a este punto, es suerte, porque pretender aunar unidad, un "giro a la izquierda como la militancia de base", y entendimiento con todos para alcanzar una república federal, parece nada, pero lo es todo... ¡Y menuda papeleta, además, en un país como éste!